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En la maravillosa Suiza, justamente en el cantón de Schaffhaussen pegando a la frontera alemana, encontramos las aguas bravas y salvajes del alto Rin (en alemán, Rhein).
Las cataratas del Rin son un gran salto de agua de unos 150 metros de ancho por 23 de alto.
El caudal medio en el invierno es de 250 m3 por segundo, sin embargo en la estación calurosa del verano, sobretodo por causa del deshielo el caudal tiene una media de 700 m3, aunque
en 1965 se alcanzó el mayor caudal desde que se registra, llegando a los
1250 m3 por segundo.
Una de las maneras de empezar la visita turística es ir hacia el aparcamiento justo al lado del Castillo Laufen en Rheinfall. Desde aquí nos aproximaremos a las inmediaciones de estas majestuosas cataratas, que
rugen bravas a los pies de las murallas del castillo.Bajando por
el camino interior nos encontraremos una plataforma que cuelga al vacío
sobre las cataratas, desde donde existe una vista inigualable de las mismas, al mismo tiempo que nos sorprenderá el fuerte estruendo
del agua que cae a nuestros pies, algo lógico, si tenemos en cuenta que se trata de las cataratas más grandes de Europa.
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Justo en el mismo centro de las cataratas se pueden contemplar unas grandes rocas que han resistido al paso del agua
y el fenómeno de erosión que ésta misma causa en ellas. A estas podremos llegar en barco y subir por una escalinata hasta lo más alto de las mismas, al tiempo que el ruido del agua se irá volviendo más ensordecedor en su caída.
El barco sale de la orilla opuesta al castillo Laufen, siendo su
recorrido realmente impresionante. En el mismo embarcadero existe una zona
de servicios con bares y restaurantes, y de ahí surge un camino que rodea la catarata por este lado, pudiendo apreciar al fondo del mismo
un gran molino que aprovecha la fuerza de las aguas.
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